El socialismo se ha caracterizado históricamente por la defensa de la clase obrera, es decir, los pobres de aquél tiempo cuando surgió el socialismo como sistema político-social y económico.
Sin embargo, parece ser que hoy, los supuestos herederos de ese socialismo histórico, reniegan de su pasado y olvidan lo que es inherente a la clase obrera y al socialismo: la defensa de los oprimidos, de los empobrecidos, de los débiles. Pero el PSOE hoy, ha sustituido esa labor de defensa del débil, por el ensalzamiento de los enriquecidos, por la amistad con banqueros y por agradar a grupos de presión social que nada tienen que ver con el socialismo. La política supuestamente socialista del partido autodenominado Socialista y Obrero Español, pasa hoy por fomentar la opresión del pobre desde las instituciones donde ejerce el poder, por ejemplo, desde la Junta de Andalucía, donde este partido lleva 30 años haciendo política neoliberal, y por tanto, anti-socialista y, en último término, anti-social. Por mucho que se empeñen en adornar sus políticas de adjetivos biensonantes como ‘política social’, ‘protección de la infancia’, ‘ministerio de igualdad’, promesas de ‘pleno empleo’, etc., la política de la Junta de Andalucía no tiene nada de social, ni de protección de la infancia y mucho menos de igualdad y promoción de la mujer.
Un ejemplo: Mientras el socialismo histórico y verdadero planteaba la cuestión sexual y el amor libre como ‘fidelidad al amado/a’ (véase a Proudhon en cuestiones relativas al papel de la familia en la revolución), este supuesto partido heredero de socialistas que dieron su vida por defender al débil, la política social que ha planteado hasta el momento ha sido el fomento de la matanza de inocentes (léase aborto) o la promoción de la infidelidad, la promiscuidad y el sexo superficial (como el “Encuentro de mujeres lesbianas, transexuales y bisexuales” en Torremolinos organizado por el PSOE).
Pues bien, mientras ese ‘encuentro’ tenía lugar, miles de mujeres en Torremolinos, en España, en el Mundo, sufren la explotación laboral, la miseria, el abandono, el hambre, el desprecio, la mentira, la humillación,… pero a estos señores y señoras (¿) del PSOE andaluz no les interesa la defensa de la mujer, sino la defensa de intereses corporativos y mezquinos que no ayudan en nada a la promoción de la mujer.
La mujer que un socialista debe defender, es la mujer pobre, que en nuestra comunidad es en su mayoría inmigrante. A ella le debe su historia el PSOE, porque han sido mujeres pobres, madres de familia, trabajadoras sin descanso, las que históricamente sacaron adelante el socialismo.
Los pobres, hombres o mujeres, son las víctimas de una sociedad que, no sólo mira para otro lado, sino que basa su buena vida en el sufrimiento y la explotación de estas víctimas. Y esta víctima cuando es mujer, es esa inmigrante sin papeles con un sueldo no declarado de menos de 500 euros al mes, interna en un hogar de uno de aquellos señores que organizan ese ‘genial encuentro a favor de la mujer’; es esa madre de familia abandonada por su marido, con hijos a cargo, que limpia escaleras sin ser dada de alta; es esa joven negra que es prostituida en el polígono industrial y de la que todos se burlan; es esa abuela abandonada en una residencia para no estorbar; es esa niña que, movida por la presión social y cultural, tiene que abortar; es esa otra niña del Sur que se levanta a las 5 de la mañana para ir a la fábrica a trabajar, y esa otra que no sabe ni leer ni escribir porque sólo ha podido aprender a recolectar frutos sin rechistar; y son, también, las millones de niñas chinas abortadas precisamente por eso, por ser mujer.
Evidentemente este partido autodenominado Socialista, ni es socialista, ni es obrero, ni quiere promocionar a la mujer, sino todo lo contrario.
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