En la EPA del
tercer trimestre nos encontrábamos una Andalucía dónde volvía a subir el paro a
diferencia del resto de España. Esta Andalucía que supuestamente había brillado en un verano de auténticos récords turísticos. Es bien claro a costa de quién
lo conseguía de la explotación de la mayoría de los trabajadores del sector
servicios: con contratos basura, parciales y temporales.
Tras esto nos
encontramos con nuevos recortes de la Junta de Andalucía que afectan
precisamente a los parados, un colectivo dónde se acumula la pobreza en España.
Y es que los servicios de Andalucía Orienta desde dónde se da orientación a los
parados andaluces ha sufrido un recorte del 57% pasando de 30 millones de euros
en 2014 a 13 millones en este año.
Ya para 2014 apenas el servicio estaba
vigente durante 7 meses, con lo que no solo afecta a que la atención esté
recortada y con meses de espera, sino que dependiendo del mes del año en que te
quedes en paro puedes recibir orientación laboral o no.
Esto es algo
relativamente común entre los servicios de empleo: tratar a las personas como
números, como unas citas por internet, como colas en la puerta de las oficinas
de empleo más allá del frío o del calor…, exigiendo a todo el mundo por igual
cuando muchos parados lo son precisamente por la deficiente formación y
orientación que han recibido a lo largo de su vida laboral.
El SAE, la
Junta de Andalucía, el Ministerio de Empleo y tantos organismos tratan a los
parados como como números de un código de barras que malvadamente utilizan a sufavor según el momento que suele coincidir con criterios electoralistas; pero no como las personas que son: con sus vidas, sus
familias, sin depender de subvenciones, y queriendo ofrecer su trabajo.