Son muchos los que opinan que la burocracia es un verdadero cáncer para la democracia, un obstáculo para la promoción y la libertad de personas y colectivos. Instaurada hasta las trancas en la dinámica institucional malagueña y andaluza, se convierte además en una gran aliada de la trivialidad y la frivolidad.
Lo
serio pasa a un segundo o tercer plano.
La
organización de un evento a gran escala, con participación de delegados
internacionales, autoridades de cargo ostentoso y mucho asesor por medio; te
ayuda a indagar sobre el funcionamiento interno de las instituciones que nos
gobiernan y, sobre todo, los temas que llevan en su día a día.
Que
cada mínima decisión por muy insignificante que parezca necesite de la
aprobación de no sé cuantos jefes de servicio, técnicos, jefes de sección, políticos
de turno, etc; que tengan que llevar su visto bueno por escrito, que pueda
sufrir modificaciones de última hora, y que, a pesar de todo esto, todavía
quede espacio a la improvisación y el capricho lleva a preguntarnos en muchas
ocasiones:
¿cuál
es el tema de fondo sobre el que trataba el evento? ?sobre qué se va a
trabajar? ?qué conclusiones se quieren sacar? ¿qué servicio se va a realizar en
la sociedad con este tipo de eventos?
Pues
más que comprobado, a más trivialidad más se diluye el tema de fondo.
Regalitos, más y más servicios de café, hoteles de mejor calidad, autobuses de
alto standing, toda la comida que quieran y más, aunque se desperdicie son los
elementos de un evento para los que nuestra Diputación de Málaga destina
muchísimo tiempo, mucho personal que además se encandila con este tipo de
tareas y, por supuesto mucho dinero.
Y
esto sólo para un evento de tres días sobre protección de acuíferos y gestión
de recursos hídricos, un tema apasionante si no fuera porque no se habla del
enorme problema de agua que sufren los países empobrecidos, el control que
sobre este elemento tienen las empresas multinacionales (Coca-Cola está
presente en el evento) o la injusta distribución en tantos y tantos rincones
del mundo.
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