Andalucía fue con diferencia la gran beneficiaria del controvertido invento de Zapatero para hacer frete a la crisis. A través del Fondo Estatal de Inversión Local (FEIL) esta comunidad recibió el 8% de los 8.000 millones que iban a servir para frenar la destrucción de empleo.
No solo no sirvió para eso sino que agudizó el problema agrandando el sobredimensionado sector de la construcción; además el dinero se gastó descontroladamente, sin moralidad. El Propio tribunal apunta a un fraude masivo en las contrataciones de parados y las adjudicaciones de obras.
Todas las provincias están afectadas; para muestra un botón: En Almería el colegio de la pedanía de Santa Mª de Nieva, en Huércal Olvera, en Granada las calles de Loja o el acondicionamiento del barrio árabe de Alhama. En Jaén el parque acuático fantasma o la nave de la Mina en Málaga.
Queda claro lo que decíamos hace años: que el Plan E llevaba la E de Engaño; la pregunta a día de hoy es ¿quién va a pagar esos desaguisados y atropellos no solo económicos sino de descrédito de la política, desesperanza social, tiempo perdido y cimientos de la situación actual.
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