Entre el bullicio de la gente, los ruidos y brillantes luces, cerca de doscientas personas caminaron en silencio, por algunas calles de más de 30 ciudades de nuestro país e Iberoamérica. En silencio, como vive y muere la mayoría de la humanidad ante nuestra sociedad. Porque un niño que hoy muere por hambre en el mundo, muere asesinado por un sistema económico y político perverso.
El pasado diciembre se puso voz a los empobrecidos de La Tierra con una manifestación solidaria cuyo lema rezaba "contra las causas del Hambre, el Paro y la Esclavitud Infantil". Marcha encuadrada dentro de la Campaña por la Justicia en las relaciones Norte-Sur que el Movimiento Cultural Cristiano lleva desarrollando desde hace más de 25 años.
Entre el bullicio de la gente, los ruidos y brillantes luces, que anunciaban la proximidad de la Navidad, cerca de doscientas personas caminaron en silencio, por algunas calles de nuestra ciudad. En silencio, como vive la mayoría de la humanidad ante nuestra sociedad. En el caminar silencioso de la marcha, las pancartas y carteles que portaban los manifestantes, eran un grito de denuncia y esperanza.
A la par con una sencilla megafonía, se denunciaba que el primer problema que hoy tiene planteado la humanidad, es el hecho de condenar a la mayoría de la población del planeta a morir de HAMBRE. Un hambre que es provocada por causas que son fácilmente evitables. No hay derecho -se decía- a tolerar la existencia de un solo hambriento, en un mundo en el que, según la FAO, se tiene capacidad y recursos suficientes para alimentar a más del doble de la población actual del planeta. El hambre no es una fatalidad. Un niño que hoy muere por hambre en el mundo, muere asesinado por un sistema económico y político perverso. Las muertes por hambre suponen, cada año, diez veces más que todos los asesinatos de los campos de exterminio nazis.
El Movimiento Cultural Cristiano lleva más de 25 años denunciando, que el hambre es el mayor crimen político, el mayor asesinato de la historia humana. Ni partidos políticos, ni sindicatos, ni Estados, ni BM, ni FMI, ni ONU, ni la Banca, ni ninguno de los grandes poderes del mundo quiere acabar con este escándalo. Según la propia ONU, con menos del 1% de las ayudas que los gobiernos han proporcionado a la gran banca internacional, sería posible acabar con el hambre y la miseria en todo el planeta. Por ello el MCC insiste en que existe hoy hambre en el mundo, porque no hay voluntad política de acabar con ella.
Hoy es necesario recordar que cada hambriento, cada explotado, es una persona, con la misma dignidad que cualquiera de nosotros. La lucha contra el hambre exige Justicia y solidaridad, y no limosnas y ayudas hipócritas y cómplices. Los países empobrecidos y hambrientos no necesitan ayudas, quieren JUSTICIA, quieren que les dejemos de robar. Se roba a los países empobrecidos 10 veces más que la ayuda que reciben.
Desde los convocantes, el MCC, el partido SAIN y Camino Juvenil Solidario, se insistió, en que este mundo en que vivimos, este mundo de hambrientos, de oprimidos, de esclavos, sólo puede tener remedio desde la Solidaridad. Solidaridad como lo han entendido los pobres a lo largo de la historia, como compartir hasta lo necesario para vivir. Solidaridad vivida asociadamente.
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