Muchos
recordamos como, mientras asistíamos al entierro del comunismo a nivel
mundial, entre las maldiciones de los pueblos a quienes había sojuzgado;
el Partido Comunista de España (PCE) realizaba una estrategia de
absorción de otros pequeños grupos, para acabar travestido de "algo" a
lo que se llamó y se llama, Izquierda Unida. Puro marketing electoral.
La patética historia que llega hasta hoy, podía confundirse con un esperpento modernista, de no ser porque ha sido pagada con el dinero del contribuyente y carece de calidad dramática. Aquellas "manifas" contra la Guerra del Golfo, callando ante la del Congo, ante la de Ruanda, ante la de Líbano, ante las más de 50 que existían y existen al mismo tiempo.
Aquellas tragaderas ante las ETT y los contratos basura del PSOE, ante las distintas reformas laborales de unos y otros, siempre queriéndose justificar con los paripés de las huelgas generales de un día, y pagadas por todos.
Los
numeritos anticlericales de las apostasías, y las revoluciones "del
tebeo" de Gordillo y Cañamero, para acabar comiendo con el señorito,
léase M. Conde; esfuerzos ridículos para que alguien siga creyendo que
son de izquierda. Mientras, ya últimamente, han aupado al PP con su
abstención al gobierno de Extremadura, y al PSOE de los ERE
fraudulentos, al de Andalucía.
¿Y ante el sistema económico
que condena al hambre, el paro y a la esclavitud a millones de personas?
El más vergonzoso de los silencios.En resumen, al muerto del
PCE le pusieron la mortaja de Izquierda Unida, y lo único que hace, y
que puede hacer, es vagar como alma en pena,... haciendo fantasmadas.
José Manuel Cidre
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