La
guerra de Siria, y por extensión todos los conflictos armados del
mundo, a pesar de parecer muy lejanos y desconocidos, han estado muy
presentes en unas Jornadas de denuncia y reflexión por la No Violencia,
celebradas en la Parroquia San José de Fuengirola, y organizadas por el Movimiento Cultural Cristiano dentro de los Actos de Homenaje a Juan Pablo II.
Con el
inexplicable conflicto de Siria, un país que sin ser totalmente libre
hasta hace tres años vivía en paz y convivencia, como telón de fondo,
las jornadas consistieron en dos ponencias y una sesión de oración
sacrificada.
Comenzó el ciclo con la charla de Carmen Nogales,
licenciada en Ciencias Políticas y conocedora de la realidad siria por
sus múltiples viajes a este país árabe por cuestiones familiares. “No
es de recibo que de buenas a primeras, unas manifestaciones legítimas
reclamando libertad, desemboquen en un conflicto armado que lleva ya
camino de los tres años, que ha causado decenas de miles de muertos,
ciudades derruidas y dos millones de desplazados. Ahora empieza a
comprobarse que, como todos los conflictos, están de fondo cuestiones
como el control de los recursos naturales y el dominio geopolítico de la
zona”, comentó ante un auditorio de unas 80 personas, que al final de
la exposición vivieron un animado diálogo.
Esta situación casaba
a la perfección con el silencio que se produce en los medios de
comunicación con respecto a guerras y conflictos olvidados y que tienen
la misma causa. Países como Mali, Etiopía, Kenia, Nigeria, Afganistán,
República Democrática del Congo o República Centroafricana no aparecen
en nuestros informativos a pesar de llevar años en guerra y de cuyos
recursos naturales provienen muchos de los productos de nuestra vida
cotidiana y que son vitales para las multinacionales.
Emocionante fue el preciso momento en el que el testimonio de Carmen
relató cómo su familia, a la que hace poco había visitado, tenía que
abandonar su casa por escuchar la caída de bombas en pleno centro de
Damasco. ¡Nunca más la guerra!, exclamaba el Papa Francisco estos días.
En la segunda jornada, Mickael Michel, militante de la
organización Cuarto Mundo, destinada a la asistencia y concienciación
sobre la pobreza en las grandes urbes, reveló las claves para una
resistencia y lucha no violenta ante estas guerras y situaciones.
“La lucha no violenta consiste siempre en estar con los débiles, en
levantarse de los golpes de los poderosos con la cabeza bien alta y en
dar testimonio callado con pequeños gestos para acabar con este tipo de
masacres”.
La semana de formación se cerró con una jornada de
ayuno y oración, al estilo Lux Mundi Taizé en la propia Parroquia de San José, con gran afluencia de público, y en el que los asistentes
encendieron una vela como símbolo de solidaridad con las víctimas de los
conflictos armados de Siria y otras partes del mundo.
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